Fue solo ese instante. Bastó levantar la mirada detenerse en sus ojos, que ellos, y sin que moviesen sus delicados labios, decían que este momento se pasaba solo en silencio. Silencio que fue eterno, maquillado con formalidades, disfrazado de casualidad se vivió esa iluminación fruto de la causalidad. Con gente en la cercanía no existían más que ella y él, solos, cómplices los dos. Fusión de sentimientos originó esa cruel mirada, que lo entristece de a momentos, en otros causa que sienta nada. Ilusión, momento fantástico y eternidad hiriente, contradicción.
Le conforma el saber que no es al único que le pasó que al darse vuelta, para seguir haciendo presente el futuro, este se nutrió solo de pasado; para ambos sigue siendo presente, el momento que habían ocasionado.
Por Mano
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