A Ramón
Llegué a aquel paraíso terrenal del que me habían contado y que yo, en algún lado, creía haber visto. Lo miré y confirmé que lo había soñado. Lo sentí como nunca antes había sentido algo. Sol radiante de día. Iluminado de estrellas y lunas de noche. Un clima ideal para lo que fuera que hicieses allí. Tuve miedo al principio aunque de a poco se fue diluyendo. Miedo a la perfección pienso yo. Miedo. Mucho miedo.
Me enteré que aquella tierra tenía dueño. No hace mucho que la propiedad privada había llegado al lugar. Otra vez mi libre corazón sometido a dependencias. Ya no podría pasar por más que la tierra con sus ojos hermosos me invitaba a sentarme y estar allí con ella. Me quedé solo en el vacío.
Por Mano
2 comentarios:
A veces no hay mayor emoción que el sentimiento de arribar a lo que le pertenece a otros.
Gracias por el comentario que me dejaste.. creo sos el unico que entra a mi blog. eso es bueno, al menos para mi.
gracias amigo mio!
te quiero muchsimo hermano!
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