En Misiones, Argentina, todo es tierra, caminos de polvos volando y más tierra saltando e impregnándose. Después de ir a agarrar algunos frutos de los árboles de las grandes haciendas, los pequeños José y Marcos cruzaban todo el pueblo para llegar a su casa. Una cuadra antes de llegar estaba la humilde Terminal de colectivos, donde los chicos lavaban las frutas.
-Vamos José!!
-Espera, creo que me enamoré del agua.
Por Mano
1 comentario:
Yo también me enamoré del mar hace mucho tiempo.... :D
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